No soy yo de estar muy pendiente de la política (en los tiempos que corren no se está haciendo política, esto sólo son chapuzas), pero esta mañana he oído en la radio (radio clásica en su boletín informativo) algo que decían los políticos en un desayuno que se celebraba al otro lado del charco en el gran país de las oportunidades, el progreso y la libertad (vamos a dejarlo ahí sin comentario). Bueno pues iba yo en mi coche y oigo al señor que da las noticias decir algo así como que el presidente del país de las maravillas (no sabia yo que estuviera el hombre tan falto de recursos) hace un llamamiento a sus ciudadanos para que recen ante las adversidades de la vida, que eso ayuda… bueno, vamos a dejarlo… De la misma indignación “me subió una caló parriba”. En los cinco minutos que me quedaban de trayecto se me pasó por la mente la cantidad de personas que se han quedado sin trabajo (no me incluyo porque después de 10 años buscando empleo sigo en ello, buscando), sin desempleo, sin casa, sin estabilidad en sus vidas, sin nada; que ven a los políticos reunirse para desayunar, y no van paseando a la cafetería del barrio a tomarse un café con tostadas, no. Se van en avión privado, con lo que vale eso (y lo que contamina), medidas de seguridad, etc. y por gentileza del contribuyente, para que saquen la conclusión de que rezar ayuda.
Ni que hubiésemos vuelto a la época medieval.
En fin, vamos a dejarlo, porque como siga pensando no sé hasta dónde voy a llegar.
Paradojas del destino, hace una semana terminé de preparar mi disfraz de carnaval, me vestiré de OVISPO.
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